Lejos del Viejo Continente y de las luces que maquillaron el día Sábado la final de la Champions League, en la provincia de Buenos Aires, más precisamente en el Estadio Centenario, se disputó un partido vibrante, peleado, trabado, con pocas lucidez pero con entereza y garra por parte de ambos equipos.
El Patrón se trajo un triunfo importantisimo, necesario, vital para lo que queda del campeonato. Forestello planteo una estrategia ideal para combatirle a un Quilmes que sin otra opción debía ir en busca de la victoria. El que Quiroga no haya jugado por acumulación de amarillas le facilito la decisión al Director Técnico y fue con Bertocchi casi de punta, llegando siempre como nueve, tal como lo hizo en el gol. A su lado estaba Telechea, en base a su velocidad pudo sacar provecho de la pobre defensa de Quilmes y de haber capitalizado alguna otra jugada más quizá habría estirado el marcador. El Rojinegro fue efectivo, por el contrario, los de Blanco que mantuvieron la iniciativa, no tuvieron suerte pero merecieron algo más.
El segundo tiempo fue un monologo de los dirigidos por Cristian Diaz, intento llegar por abajo a tres cuartos y de ahí vulnerar la defensa de los visitantes con centros que nunca pudieron tener un claro destino de gol, los culpables de eso fueron Furios y Vera que jugaron un partido a un muy buen nivel rechazando todo lo que entrara al área. Como plan B, Quilmes intento conseguir algo pateando de larga distancia y se choco con la historia, la trayectoria, con Sabestian Bértoli en el arco.
A los del Sur le costó ponerse el chaleco de protagonistas. El ambiente contribuyo para que el nerviosismo en los jugadores perturbase su juego y Patronato hizo todo lo posible para evitar darle cualquier tipo de ventaja a los locales, incluso jugando con uno menos prácticamente todo el segundo tiempo debido a la expulsión de Marcos Maydana.
Esta lucha no es por la "Orejona", ni tampoco los de Blanco se parecieron al Real Madrid, pero si hay algo seguro, el verdadero Catenaccio, el que no jugó la Juventus, el que hubiera imaginado el Presbítero Bartolomé Grella por su aprecio al Milán, lo jugo Patronato que tiene origen Rossonero.
Formaciones:
-Quilmes: Rigamonti; Orihuela, Benegas, Sarulyte, Pérez Acuña; Calello, Ramírez, Gonzáles, Negri; Andrada, Torres.
Dt: Cristian Díaz.
-Patronato: Bértoli; Masuero, Furios, Vera, Maydana; Guzmán, Lemos, Gagliardi, Arce; Bertocchi, Telechea.
Cambios: Graciani x Guzmán, Márquez x Telechea, Marconato x Arce.
Dt: Ruben Darío Forestello.
-Lautaro Lazcano (@lautarolazcano)
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