viernes, 3 de febrero de 2017

Crónica: Botafogo 2 vs Colo Colo 1

Salieron vivos

Un primer tiempo mediocre y un complemento donde el “Cacique” mereció el empate es el saldo del partido de ida de Colo Colo frente a Botafogo. El gol de visitante convertido por Paredes en el complemento deja a los albos con una chance intacta para clasificar a la siguiente ronda del torneo continental.

Colo Colo, lejos de los fanatismos, es objetivamente el equipo más grande de Chile y uno de los más importantes de América. El único team nacional que ha alzado la Copa Libertadores; con 31 títulos nacionales a su haber y una masiva presencia de hinchas en todo el territorio nacional. “El más grande del país”, dirían sus forofos. Y es cierto. Como también lo es el hecho que este equipo grande – gigante – lleva dos décadas sin superar una eliminatoria de Copa Libertadores. La última vez fue en 1997. Vergonzoso, al menos, para un equipo de este linaje.
Por eso la expectativa de ver su presentación en Río era alta. Además, el equipo al que enfrentaba, Botafogo, lo unía una historia particular: fue el primer rival brasilero que derrotó en casa, en la versión copera de 1973 donde sería finalista, y los medios chilenos, particularmente la TV, se encargaron de estimular a sus hinchas recordando esa vetusta victoria y plantear la tesis de que esa proeza podría ser repetida en el “Engenhao”.
Nada más lejos de la realidad. Durante el primer tiempo vimos a  un Colo Colo “edulcorado”, incómodo y sin ninguna chance de articular buen fútbol. A eso se suma la desafortunada lesión de Zaldivia (reemplazado por Fierro), hasta ese momento uno de los valores altos del Popular. Pasaría media hora de fútbol y tras un insulso rechazo aéreo de Baeza (de muy bajo nivel) le permite a Airton abrir la cuenta con un golazo desde fuera del área. Nada que hacer para Villar. Lejos de acusar el golpe, Colo Colo tuvo como único libreto a tratar de retomar el control del balón y por ahí generar o provocar alguna patriada de sus referentes. No pasó nada. Ramón Fernández, el encargado de aquello, no estuvo preciso y es así como sería reemplazado tras 45 minutos.
El segundo para los cariocas es un básicamente un “blooper”. Luego de 15 minutos del primer gol y otra vez cortesía de Baeza, el mismo jugador por el que se provocó una gran teleserie con su renovación. Un error infantil tras la presión en el área de Montillo genera un chusco autogol (se pone nervioso para despejar y hace rebotar la pelota en Pavez) y de paso compromete toda la eliminatoria para Colo Colo.

Afortunadamente, Guede es muy vivo y de rápida lectura de partidos. Metió al peruano “Canchita” Gonzales y a Pedro Morales (de pasado azul) y el partido cambió totalmente. El Cacique formó un tridente con Paredes lo que le hizo tener mayor profundidad y posesión de la pelota, situación que desacomodó totalmente a Botafogo y lo hizo ver como un equipo vulnerable.
Dentro de esta nueva lógica es donde cae el gol de “Visogol” y que fue un verdadero balón de oxígeno pensando no solamente en lo que ocurría en cancha sino también en lo que pueda pasar en la vuelta en Macul. Incisivo, líder y oficioso, remata una contra liderada por Morales para definir cruzado debajo de Fernández. No pasan los años por Esteban Efraín. Ya suma 19 goles continentales en sus 36 años. Habían pasado 5 minutos y comenzaba otro mundo para los albos.
El peruano Gonzales tuvo otra opción más. Fue importante y una pesadilla para los cariocas por la banda izquierda. Valdés se adaptó rápido bajo este tridente e incluso Luis Pedro Figueroa comenzó a ganar por su banda y ser peligroso. Punto aparte para Octavio Riveros. El charrúa tuvo un partido muy desafortunado. “Desenchufado”, sería lo más apropiado para calificarlo.
Morales, quien se fue como ídolo de la MLS, aprovechó los espacios que dejó el “Fogao” en el medio. Le pegó varias veces desde fuera sin precisión, pero en un par de ocasiones mostró al “Gatito” Fernandez inseguro.
Colo Colo creció sin dudas, pero no encontró la llave del gol. Finalizando el encuentro pudo haber cambiado la historia de no ser por un temeroso juez venezolano quien no se atrevió a cobrar una clara mano en el área local. Habría sido el merecido empate.

Sin dudas, Pablo Guede deberá realizar varios ajustes para la vuelta. El tiempo que le queda no es mucho. Viene una encumbrada Unión Española en la primera fecha del torneo local y la eterna espera hasta la vuelta en Pedreros donde deberá manejar, principalmente, la ansiedad por romper una maldición que ya cumple dos décadas. Tranquilo albos, jugando como el segundo tiempo se puede.

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