Salieron vivos
Un primer tiempo mediocre y un complemento donde el “Cacique” mereció el empate es el saldo del partido de ida de Colo Colo frente a Botafogo. El gol de visitante convertido por Paredes en el complemento deja a los albos con una chance intacta para clasificar a la siguiente ronda del torneo continental.
Colo Colo, lejos de los fanatismos, es
objetivamente el equipo más grande de Chile y uno de los más importantes de
América. El único team nacional que ha alzado la Copa Libertadores; con 31
títulos nacionales a su haber y una masiva presencia de hinchas en todo el
territorio nacional. “El más grande del país”, dirían sus forofos. Y es cierto.
Como también lo es el hecho que este equipo grande – gigante – lleva dos
décadas sin superar una eliminatoria de Copa Libertadores. La última vez fue en
1997. Vergonzoso, al menos, para un equipo de este linaje.
Por eso la expectativa de ver su
presentación en Río era alta. Además, el equipo al que enfrentaba, Botafogo, lo
unía una historia particular: fue el primer rival brasilero que derrotó en
casa, en la versión copera de 1973 donde sería finalista, y los medios
chilenos, particularmente la TV, se encargaron de estimular a sus hinchas
recordando esa vetusta victoria y plantear la tesis de que esa proeza podría
ser repetida en el “Engenhao”.
Nada más lejos de la realidad. Durante el
primer tiempo vimos a un Colo Colo
“edulcorado”, incómodo y sin ninguna chance de articular buen fútbol. A eso se
suma la desafortunada lesión de Zaldivia (reemplazado por Fierro), hasta ese
momento uno de los valores altos del Popular. Pasaría media hora de fútbol y
tras un insulso rechazo aéreo de Baeza (de muy bajo nivel) le permite a Airton abrir
la cuenta con un golazo desde fuera del área. Nada que hacer para Villar. Lejos
de acusar el golpe, Colo Colo tuvo como único libreto a tratar de retomar el
control del balón y por ahí generar o provocar alguna patriada de sus
referentes. No pasó nada. Ramón Fernández, el encargado de aquello, no estuvo
preciso y es así como sería reemplazado tras 45 minutos.
El segundo para los cariocas es un
básicamente un “blooper”. Luego de 15 minutos del primer gol y otra vez
cortesía de Baeza, el mismo jugador por el que se provocó una gran teleserie
con su renovación. Un error infantil tras la presión en el área de Montillo
genera un chusco autogol (se pone nervioso para despejar y hace rebotar la
pelota en Pavez) y de paso compromete toda la eliminatoria para Colo Colo.
Afortunadamente, Guede es muy vivo y de rápida lectura de partidos. Metió al peruano “Canchita” Gonzales y a Pedro Morales (de pasado azul) y el partido cambió totalmente. El Cacique formó un tridente con Paredes lo que le hizo tener mayor profundidad y posesión de la pelota, situación que desacomodó totalmente a Botafogo y lo hizo ver como un equipo vulnerable.
Afortunadamente, Guede es muy vivo y de rápida lectura de partidos. Metió al peruano “Canchita” Gonzales y a Pedro Morales (de pasado azul) y el partido cambió totalmente. El Cacique formó un tridente con Paredes lo que le hizo tener mayor profundidad y posesión de la pelota, situación que desacomodó totalmente a Botafogo y lo hizo ver como un equipo vulnerable.
Dentro de esta nueva lógica es donde cae el
gol de “Visogol” y que fue un verdadero balón de oxígeno pensando no solamente
en lo que ocurría en cancha sino también en lo que pueda pasar en la vuelta en
Macul. Incisivo, líder y oficioso, remata una contra liderada por Morales para
definir cruzado debajo de Fernández. No pasan los años por Esteban Efraín. Ya
suma 19 goles continentales en sus 36 años. Habían pasado 5 minutos y comenzaba
otro mundo para los albos.
El peruano Gonzales tuvo otra opción más. Fue
importante y una pesadilla para los cariocas por la banda izquierda. Valdés se adaptó
rápido bajo este tridente e incluso Luis Pedro Figueroa comenzó a ganar por su
banda y ser peligroso. Punto aparte para Octavio Riveros. El charrúa tuvo un
partido muy desafortunado. “Desenchufado”, sería lo más apropiado para
calificarlo.
Morales, quien se fue como ídolo de la MLS,
aprovechó los espacios que dejó el “Fogao” en el medio. Le pegó varias veces desde
fuera sin precisión, pero en un par de ocasiones mostró al “Gatito” Fernandez
inseguro.
Colo Colo creció sin dudas, pero no encontró la
llave del gol. Finalizando el encuentro pudo haber cambiado la historia de no
ser por un temeroso juez venezolano quien no se atrevió a cobrar una clara mano
en el área local. Habría sido el merecido empate.
Sin dudas, Pablo Guede deberá realizar
varios ajustes para la vuelta. El tiempo que le queda no es mucho. Viene una
encumbrada Unión Española en la primera fecha del torneo local y la eterna
espera hasta la vuelta en Pedreros donde deberá manejar, principalmente, la
ansiedad por romper una maldición que ya cumple dos décadas. Tranquilo albos,
jugando como el segundo tiempo se puede.
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