jueves, 18 de mayo de 2017

Relatos de fútbol y algo mas...

LA DECISIÓN.

-No quedan dudas, él bebe va a salir del Bicho como el abuelo, no se habla más.-
-Ya quisieras Cacho, la criatura será del Albo toda su vida, y el bautismo va a ser en el Malvinas con toda la gente.-
 La discusión empezó desde el día que Caro y Diego anunciaron la tan ansiada espera. Claro, la familia de Diego era toda de Argentinos Juniors, vivían a 3 cuadras de la cancha. Justamente Diego se llama así, por el Pelusa, ese muchacho de Villa Fiorito que algunas cosas hizo en el tifón de Boyacá.
 En la otra vereda, en la familia de Carolina, son multitud los de All Boys, y viven en Floresta. Nacieron todos allí y se criaron alentando al Blanquinegro juegue a donde juegue. El abuelo de Carolina fue vicepresidente del club y participo de la gran inauguración de la cancha allá por el 63.
Ya iban por el séptimo mes y la situación era caótica…
-La verdad tu viejo esta insoportable Diego, y dale que te dale con que sea de Argentinos, mi papá un día de estos lo va a surtir-
-No seas paranoica amor, él quiere que siga la tradición familiar nada más, sabes que no es malo.-
-Si pero es re pesado.-
-Bueno a ver, mi viejo no fue el que ya le compró un babero que dice “El más grande de Floresta” así que no me vengas con que el mío solo está enfermo.-
-Está bien, pero quien compró un piluso con la Copa Libertadores del 85? Mi papá no creo que haya sido.-
 Lo que empezó con bromas y chistes, se transformó en algo tenso. Las familias estaban enfrentadas. Cada asado era una guerra, como lo fue el del 18 de Julio…
-Pero cúchame Mingo, ¿Vos querés que sea de All Boys no? ¿Con que lo vas a convencer? ¿Qué copas tenes? Ni la Libertadores jugaste, no lo hagas sufrir al pedo haceme el favor, no quiero un nieto sufrido, que lo carguen en el colegio.
-Que, ¿Vos te enamoraste de las copas nada más? Si cuando te hiciste de Argentinos no tenían campeonatos.
-No hay forma Mingo, no puede ser nunca de All Boys, en los nuestros jugo el más grande de todos los tiempos, con eso no hay vuelta que darle.
-No vivas del pasado Cacho haceme ese gran favor, en la actualidad, estamos los 2 en la B, estamos en igualdad de condiciones.
-¡POR FAVOR QUE IGUALDAD DE CONDICIONES!- Se puso tensa la situación y se levantó de la mesa exaltado
-¡ESTAS EN LA B IGUAL QUE YO, TE FUISTE EN CUATRO AÑOS DOS VECES A LA B, DEJATE DE JODER CACHO Y DEJA DE VIVIR DEL PASADO!- El otro también se levantó para no ser menos
-¿SABES QUE? ¡ME VOY, NO PUEDO ESTAR CON ALGUIEN QUE NO PIENSA!
-¡MAAA SI ANDATE, BICHITO CHIQUITO, BICHO DE LUZ SON USTEDES!
 No faltaba nada para los golpes, los dos panzones y con poco pelo estaban al borde de la gresca, cuando un grito desconsolador y de dolor se escuchó del baño.
-¡YA VIENE, ROMPÍ BOLSA!
Se quedaron todos duros, atónitos, no sabían que hacer, como reaccionar, venia él bebe, ¿Cómo que venía? ¿Si nacía en septiembre y estamos en julio? Después de pensar todas las razones (demoraron  2 segundos) fueron todos a socorrer a Carolina y a cargarla en el Fiat Uno de Mingo y arrancaron para el Sanatorio Alcoba. El Uno parecía una Ferrari, esquivaba autos a lo pavote, tenía un banderín de All Boys colgado en el espejo retrovisor que no paraba de moverse, estaba desquiciado el conductor.
 Cuando llegaron al sanatorio, Diego la agarró a Carolina y entraron al sanatorio.
-¡MI MUJER VA A TENER FAMILIA, AYUDA ENFERMERA AYUDA!
Al instante aparecieron las enfermeras y se llevaron a Caro, y claro, empezó la espera. Pasaban las horas, el reloj no paraba de dar vueltas y los médicos no aparecían. Para colmo a Diego no lo dejaban pasar, ni estar con Carolina, la situación se volvía tensa, se veían médicos hablar entre sí por lo bajo. Creo que no hay sensación más angustiante que ver a dos médicos tapándose la boca, claro síntoma de que algo andaba mal.
-¡POR FAVOR DOCTOR! ¿QUE PASA CON MI MUJER?, DÍGAME QUE EL BEBE ESTÁ BIEN!-
 Un dato no menor, es que nadie sabía el sexo del bebe, querían sorprenderse con la llegada, aunque siendo sinceros, los dos querían un varoncito, pero bueno la vida los iba a sorprender cuando llegue la nueva vida al mundo, bah, si llegaba.
-Esa información no se la puedo dar, espere en sala de espera por favor, no me la haga más difícil, estamos en una situación muy grave.-
Contestó el doctor con una frialdad envidiable.
 Mirna y Claribel (Madres de Carolina y Diego respectivamente) no paraban de rezar en la capilla del hospital, le sangraban las orejas a Dios, Cristo y anda a saber que otro santo que se encontraba allí, con las plegarias de las dos señoras. En cambio sus maridos estaban sentados, sin hablar, tratando de consolar a un Diego que se comía las uñas, la piel, el dedo, no se comió la mano de casualidad.
-Tranquilo pibe, no va a pasar nada, son giladas de médicos, va a ser un bebe hermoso, va a tener una familia preciosa que lo va a querer y a respetar siempre, lo único reza que no salga parecido a vos porque cagó con las minas, je.
Mingo trataba de consolarlo y hacerlo reír porque Diego estaba incontrolable.
Cacho miraba el techo, después el suelo, a sus costados, como buscando una respuesta, que no podía encontrar.
Porque uno se pone peor cuando tiene que descifrar la situación, porque no la sabe, su cabeza trabaja y siempre piensa lo peor, si ya sabes que va a ocurrir es distinto, porque ya lo asumís, pero si todavía no tenés la certeza, todo se vuelca a la tragedia.
Cuando volvieron las mujeres de la capilla, el turno era de los hombres, ambos muy creyentes y quienes estaban esperando que las otras lleguen para ir corriendo a hablar con los santos.
-Por favor Dios, que mi nieto o nieta nazca sano, por favor no me lo arranques, no importa si no es de Argentinos, que sea hasta de All Boys, no me saques la ilusión de ser abuelo.
Rezaba en silencio Cacho.
-Virgencita, que mi hija y mi futuro nieto o nieta salgan de esta, y que podamos volver felices a casa, seria abuelo por primera vez, por favor, me banco que sea hasta de Argentinos Juniors mira, pero por favor quiero conocerlo y abrazarlo.
También Mingo hacia lo suyo.
-Perdona Mingo lo de tu casa, soy un boludo.
-No pasa nada Cacho, somos dos tanos calentones.
Cuando volvieron a la sala de espera, se encontraron con otra situación, Diego tenía una sonrisa de oreja a oreja y las mujeres no paraban de llorar.
-¿QUE PASO NENE, ESTA TODO BIEN?-
-¡SON DOS PAPÁ, SON MELLIZOS!-
 Hay una vieja frase hecha que dice que los hombres no lloran, pero ese día hubo excepción a la regla, los dos ya abuelos, se quebraron en lágrimas, pero las de felicidad, esas gotas gordas que corren con lentitud por su espesor por las mejillas y se fundieron en un abrazo tan fuerte y sincero, que emocionó a propios y extraños.
-Los familiares de la señorita Carolina Gómez, pasen por favor.-
Dijo una enfermera con un tono angelical esplendido.
 Cuando entraron y los vieron fue amor a primera vista, dos bebes bien gordos y cachetones. Se llamaron Juan Román y José Santos, no hace falta aclarar porque dichos nombres.
¿Vieron como son las cosas de la gente grande no? Mingo tenía en el Uno un banderín de All Boys que sacó en el momento en que estacionó el auto cuando llegaron al hospital, le quería ganar de mano a Cacho con el tema del cuadro del bebe, pero este último ni lerdo ni perezoso, cuando Diego armaba el bolso de ropa para llevar al hospital, metió una casaca de Argentinos con mucha cautela.
Al mismo tiempo los dos se acordaron de su estrategia y al instante de tenerlos cerca a los recién nacidos, sacaron sus armas para ganar terreno en esa “guerra” por los colores.
 Juan Román quería el banderín, se estiraba para agarrarlo y se reía, mientras que José Santos optó por la camiseta. Cacho y Mingo eran un mar de lágrimas, otra vez.
 Ya pasaron 6 años. Mingo y Cacho, están sentados  en un banco de una plaza en Villa Luro, tomando unos amargos mientras que Juan Román con su camiseta de All Boys y José Santos con la suya de Argentinos juegan a la pelota y se divierten en la etapa más pura y feliz de sus vidas, la infancia.
En eso Cacho interrumpe el silencio y corta la cebada.
-¿Que hubieras echo si los dos salían del Bicho, Mingo?-
-Nada Cachito, estos dos pibes son la luz de mis ojos, pueden ser hasta de Alem, que los voy a amar igual. ¿Y vos? ¿ Si hubieran salido del Albo?-
-Igual que vos Mingo, el amor traspasa la camiseta. No veo a un hincha de All Boys y a uno de Argentinos, veo a mis nietos, jugando y disfrutando en paz...-
-¿Sabías que te hiciste querer Bichito amargo de luz?-
-Vos también Aurinegro botón.-
 Asintieron con la cabeza y acto siguiente contemplaron la hermosa vista que reflejaba a dos niños inocentes jugando a la pelota, con una hermosa tarde de fondo y una pelota que no paraba de rodar.


CharliStonne
Twitter: DeLauroCharli



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