miércoles, 19 de abril de 2017

Amor, pasión y muerte

Otra página oscura, pasión desenfrenada que avanza a tal velocidad que termina en tragedia, en otra víctima, en un fútbol de luto y sin solución.




Emanuel Balbo, el nombre de la última víctima, otra persona más que se lleva esta hermosa pasión, locura y hasta enfermedad... Sí,enfermedad, ésto es en lo que nos estamos transformando, en enfermos. El fútbol es el deporte más lindo del mundo, y Argentina es el país con el que más pasión  vive éste deporte, pasión que nos transforma, que nos hace sufrir, que nos cambia un día por completo. Nos puede hacer lamentar, llorar, estresarnos, darnos una alegría espectacular y en casos muy extremos hasta matar. Lamentablemente, casos como el de este pobre chico al que no sólo el país sino el planeta entero hoy está llorando.

El último Sábado, no iba a ser un Sábado como cualquier otro y mucho menos en Córdoba que luego de 15 años recibiría de manera oficial un enfrentamiento tan trascendental como es Belgrano-Talleres, pero lamentablemente, no es una crónica de el partido lo que vengo a narrar. En éstos días, en todos los medios masivos de comunicación no se habla de otra cosa que de este hecho lamentable y sinceramente, me pone bien que éstos temas se toquen y no queden en el olvido como pasó con muchísimos casos parecidos.
Como hinchas, lloramos por el resultado de un partido de fútbol, lloramos perder la final de una copa, un clásico y ni hablar cuando nos vamos al descenso, pero hechos como el del último Sábado son los que hacen llorar a toda una familia por el resto de sus días. Si nosotros sufrimos, nos enojamos o festejamos por un resultado de un partido de fútbol, es porque nosotros lo decidimos, fuimos nosotros los que nos inculcamos este tan hermoso fanatismo, pero los seres queridos de éste joven, no tienen la culpa de nuestra enfermedad.
No, no le echen la culpa a la pelota, el fútbol tampoco tiene la culpa de nada. El balón rodando en el verde césped, es una de las cosas más lindas que nos puede pasar, pero no es más importante que la vida de nadie.
Los culpables de todo ésto somos nosotros como sociedad, unos descontrolados que repudiamos totalmente a una persona por tener otra camiseta. No estoy en contra del color, y de la fiesta tan linda que se produce en este deporte, apoyo los "cantitos", las cargadas y todo lo relacionado al folklore en el mundo del fútbol, pero ya nos damos cuenta que estamos mal como sociedad cuando desde una tribuna cantan canciones cargando a su rival, mientras un hombre que sólo fue a ver un espectáculo deportivo, está agonizando en las escaleras de un estadio sin recibir apoyo de ningún tipo.
Hoy, los culpables, somos todos. Desde la persona que "acusó" a Emanuel de ser hincha de Talleres, la gente que lo golpeó, la gente que miró y no hizo nada, y todos los hinchas que llevamos al fútbol más lejos de lo que es, el deporte más lindo que existe.

Somos unos asesinos y ésto lo vemos en el relevante número de muertes, ya son 318 las víctimas de violencia por el fútbol en nuestro país. Olvidar ésto cada vez que vamos a la cancha insultando, sin acordarnos que el individuo que tenemos al lado es PERSONA, ya sea hincha de River, Boca, Talleres, Belgrano o Patronato, es persona sobre todas las cosas y al no darnos cuenta que tiene sentimentos, familia, amigos y proyectos de vida, nos tranformamos en unos enfermos. Nosotros terminamos siendo los que dirigimos nuestras manos con fuerza hacia Emanuel pechando, pegando y hasta empujándolo hacia su muerte.
Nosotros como hinchas somos los que alimentamos el fútbol tanto la buena como la mala parte. Nosotros pagamos la cuota de socio, vamos a la cancha los Domingos, contratamos packs para poder disfrutar el deporte desde nuestra casa, pero también alimentamos la violencia, el fanatismo extremo y la muerte. Si queremos seguir disfrutando de ésta hermosa pasión, somos cada uno de nosotros los que tenemos que cambiar, repudiar cada acto de violencia, vivir el fútbol con amor y no como un enfermo. El fútbol lo hacemos nosotros y somos los únicos que lo podemos cambiar.

Fabricio Briongos Heredia
Twitter: @FabriBri31 

No hay comentarios:

Publicar un comentario